BUDAPEST, Hungría.-
El argentino Enmanuel Lucenti logró la medalla dorada en la categoría de -81 kilos de la prueba de la Copa del Mundo de judo de Budapest, al imponerse en el combate decisivo al esloveno Aljaz Sedej por Waza-ari. Así, esta conquista se suma a la medalla de bronce ganada por Paula Pareto en los Juegos Olímpicos del año pasado.
"Estoy muy contento de haber ganado una lucha faltando cinco segundos. La final se la gané a un luchador que está entre los diez mejores del mundo y que había ganado el torneo en 2007", dijo Lucenti a radio Polideportivo Ciudad. "Lo tiré de entrada. Para mí fue Ippon, pero había mucha gente en contra y cobraron Waza-ari. Esto me da la confianza que estaba necesitando."
El judoca tucumano completó una actuación espectacular, con victorias consecutivas ante el japonés Shota Kawahara (por Ippon), el alemán Nick Hein (por Waza-ari), el húngaro Szabolcs Krizsan (por Ippon) y el bielorruso Mikalai Barkouski (por Waza-ari), con lo que se adjudicó el Grupo A. En las semifinales superó al local Sandor Nagysolymosi (por Ippon), y en la final a Sedej.
"Haber ganado un torneo en Europa es algo que no tiene precio. Siempre es una adrenalina combatir contra los europeos", continuó diciendo Lucenti. "La verdad es que es bastante caro competir en Europa, pero después de la medalla de Pareto, al judo argentino se lo empezó a mirar de otra forma."
Lucenti, de 24 años, conquistó así su primer título mundial. En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 había sido eliminado en la primera rueda.
"Si no fuera por mi padre, el día a día sería más difícil", dijo Lucenti. "El deporte argentino está desvalorizado porque aparecemos sólo cada cuatro años, pero somos personas que necesitamos comer, movilizarnos, y el apoyo que recibimos no es muy certero. No hay que ir tan lejos para buscar un ejemplo de cómo hacer las cosas bien. Brasil es un caso para imitar, donde las empresas puede desgravar impuestos si apoyan al deporte", concluyó.
"Estoy muy contento de haber ganado una lucha faltando cinco segundos. La final se la gané a un luchador que está entre los diez mejores del mundo y que había ganado el torneo en 2007", dijo Lucenti a radio Polideportivo Ciudad. "Lo tiré de entrada. Para mí fue Ippon, pero había mucha gente en contra y cobraron Waza-ari. Esto me da la confianza que estaba necesitando."
El judoca tucumano completó una actuación espectacular, con victorias consecutivas ante el japonés Shota Kawahara (por Ippon), el alemán Nick Hein (por Waza-ari), el húngaro Szabolcs Krizsan (por Ippon) y el bielorruso Mikalai Barkouski (por Waza-ari), con lo que se adjudicó el Grupo A. En las semifinales superó al local Sandor Nagysolymosi (por Ippon), y en la final a Sedej.
"Haber ganado un torneo en Europa es algo que no tiene precio. Siempre es una adrenalina combatir contra los europeos", continuó diciendo Lucenti. "La verdad es que es bastante caro competir en Europa, pero después de la medalla de Pareto, al judo argentino se lo empezó a mirar de otra forma."
Lucenti, de 24 años, conquistó así su primer título mundial. En los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 había sido eliminado en la primera rueda.
"Si no fuera por mi padre, el día a día sería más difícil", dijo Lucenti. "El deporte argentino está desvalorizado porque aparecemos sólo cada cuatro años, pero somos personas que necesitamos comer, movilizarnos, y el apoyo que recibimos no es muy certero. No hay que ir tan lejos para buscar un ejemplo de cómo hacer las cosas bien. Brasil es un caso para imitar, donde las empresas puede desgravar impuestos si apoyan al deporte", concluyó.
EFE y www.ippon.org
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