Mientras duren los juegos llegaré tarde al trabajo sin desayunar, dormiré poco y mis ojeras parecerán las de un fiestero un domingo a la mañana; pero esto se vive cada 4 años y el apoyo a nuestros judokas a la distancia es muy bien merecido. Anoche el "gordo" Rosati (Patagónico, de Viedma) tuvo una actuación excelente desde que pisó el tatami de Beijing para el primer encuentro con el norteamiericano Olson. Este combate fué de lo mas duro y peleado, con emociones y al final vivido con mucha alegría; Rosati ganó por golden score con buen judo y mucho corazón. En el segundo combate, el ruso Pershin dió cuenta del Argentino por un ippon de una combinación de un ko soto gake y un explosivo supplé. En la rueda del repechaje, nos ilusionamos con la victoria ante el sudafricano Trezise por ippon, pero todo terminó contra el bielorruso Kazusenok. Bien por Rosati.
No podemos dejar de decir que hubo mucho sacrificio en el judoka argentino, detrás de él siempre está papá "bocha", mamá Mary y todos los que lo queremos. Los 90 kilos es una categoría extremadamente dura en niveles internacionales, pero como es común en el deportista Argento, se llega con el corazón; porque como dice el profesor Horacio Anselmi, "... el deportista Argentino es el mejor del mundo, porque sin recursos, sin apoyo, sin plata…, llega. Llega con el corazón, gana con el corazón; y consiguen una medalla sin nada!..”. Diego potenció la doble singularidad del deportista individual: representar a su país y a sí mismo con mucha hidalguía.
Si bien Rosati no llegó a la medalla, llegó hasta donde llegó con el corazón y un muy buen judo.
Gracias Diego por tanto corazón y entrega!
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