lunes, 18 de agosto de 2008

La historia detrás del bronce de Pareto


La toma decisiva fue un contraataque que a la judoca no le gustaba practicar, cuenta su técnico, Fernando Yuma. Las cámaras de Clarín.com visitaron el lugar donde entrena la judoca que ganó la medalla olímpica.

Fernando Yuma y los compañeros de Paula Pareto de Estudiantes de La Plata están más que emocionados y esperan con ansiedad el regreso de La Peque de Beijing. Fueron jornadas extenuantes las de su entrenamiento y rindieron fruto. Todos los que "la bancaron" estuvieron reunidos aquella noche, la de su triunfo, en la casa de Yuma y Elizabeth Copes, su mujer, otra judoca con trayectoria olímpica. Se reunieron para cenar y mirar las luchas. "La bancamos toda la noche", cuenta Copes. "Fue muy emocionante, nos inundamos de lágrimas". Paula llegó a Estudiantes de La Plata en 2006, justo a tiempo para prepararse para las eliminatorias de los Juegos Olímpicos. En octubre de 2007 ya era dueña de un lugar en Beijing y a partir de ese momento, Fernando Yuma, que además de ser el entrenador de Estudiantes de la Plata, es el técnico de la selección masculina de Judo, replanteó el entrenamiento de Paula para sumar recursos técnicos y tácticos que La Peque desconocía. Fue, según Yuma, esa clasificación temprana lo que permitió una buena preparación. - ¿Por qué no viajaste a Beijing con Paula? - Yo formo parte del cuerpo técnico de la selección masculina junto con otros dos técnicos y por otra parte hay dos técnicos más en la selección femenina. Todos en mayor o menor medida trabajamos para armar este ciclo olímpico. En mi caso puntual, además, trabajé con Paula todos los santos días para llevarla a esto que se ha dado ahora. Este año el Comité Olímpico dio menos plazas para técnicos y delegados que en los juegos de Atenas porque bajó el número de deportistas clasificados. Yo tuve el orgullo de ir a Atenas: en esa oportunidad las plazas fueron del 50 por ciento, en Beijing al Judo se le asignó sólo el 30. Y la Confederación Argentina de Judo resolvió que fueran estos otros técnicos. Yo ya había ido a Atenas y se optó por eso. A mí me hubiese gustado ir, pero estos que fueron tienen todo el derecho ganado de estar allá. La relación de Paula con Yuma se remonta a la selección junior. Ellá empezó a entrenar a los nueve años y él en ese entonces era el técnico de la selección de los chicos. "Por eso es que ya tenemos una relación con la familia de Paula". Después, y durante algunos años, el entrenamiento de Paula siguió por otro lado. Aunque siempre fue una luchadora con mucha garra, cuando Paula llegó a Estudiantes hace dos años, Yuma encontró deficiencias en sus trabajos de fuerza, capacidad aeróbica y resistencia. Además, Paula pesaba sólo 43 kilos, así que para llevarla a los niveles de su categoría, tuvo que aumentar cinco kilos. Los resultados aparecieron en seguida: en seis meses duplicó su fuerza. Y esta fue otra de las claves que, según el entrenador, la acercaron a los resultados de Beijing Yuma asegura que viene apostando a las victorias de Paula desde hace un año: adelantó que iba a volver con una medalla de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007 y salió tercera. Antes del Mundial empeñó la palabra en que no bajaba del quinto lugar y así fue. "Muchos hasta me trataron de loco en esa oportunidad", admite, pero no por eso se sintió obligado a bajar el perfil. "Esta vez le dije a muchísima gente que Paula iba a ser la primera medalla olímpica del Judo argentino, incluso se lo manifesté al presidente de la Confederación Argentina de Judo. Obviamente a todos les costaba dar crédito a eso". Ni siquiera Paula se animaba a pensar en una medalla. Ella misma lo admitió después de la victoria, no esperaba más que un quinto puesto. Yuma opina que íntimamente La Peque intuía que estaba para más y no lo declaraba "para no quemarlo". De lo que el técnico está seguro es que no fue un golpe de suerte. "Desde ya, es una sorpresa para todos, pero no es algo que no podía haber pasado: lo estábamos esperando. Realmente teníamos expectativas de que fuera así".

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