En cada una de las ediciones de los juegos, cada organizador designa un par de guías para las delegaciones visitantes, en Guatraché, Yanela y Kevin les tocó la tarea de soportarnos o mejor dicho de ser uno mas del equipo, porque nos acompañaron y se desvivieron por hacernos sentir bien y que conozcamos su hermoso pueblo. Llegaban a la mañana muy temprano con lagañas en los ojos y la sonrisa que los caracteriza, tan solo para darnos su compañía y pasar un rato lindo todos juntos. Es inolvidable lo que pasamos en Guatraché, y por mucho tiempo tendremos anécdotas para contar o situaciones para reírnos y recordar con mucho cariño; como cuando fuimos a la laguna, o la mañana en la Colonia Menonita, la canción de Yanela en el comedor, o los mensajes de Kevin, el pelotazo en la cabeza, el entrenamiento con nosotros…, y la despedida y los ojos colorados y alguna lagrimita por ahí y otros nudos en la garganta para los mas duros que no queríamos llorar.
Pudimos pasar un último momento de alegría en la clausura de los Juegos, pero nuestra complicidad con ellos se nos escurría de las manos, había que volver, pero sabíamos que nos llevabamos algo muy importante: una amistad de hierro que a lo largo del tiempo va a perdurar.
Pudimos pasar un último momento de alegría en la clausura de los Juegos, pero nuestra complicidad con ellos se nos escurría de las manos, había que volver, pero sabíamos que nos llevabamos algo muy importante: una amistad de hierro que a lo largo del tiempo va a perdurar.
Kevin y Yanela siempre estarán en nuestros corazones y ojalá que el destino haga que crucemos nuestros caminos nuevamente.
Gracias Yanela y Kevin, los queremos mucho y jamás los olvidaremos!!!
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